Dicha tradición, señaló, marca la diferencia en el concepto de muerte con otras comunidades indígenas del país e incluso de las que viven al sur de Oaxaca, que visitan a sus muertos el Dos de Noviembre.
Antes de que apriete el calor, a pesar de que faltan 16 días para la entada de la primavera, doña Guadalupe, acudió a la tumba de su difunto esposo a barrer y lavar. Ahora que junte un dinerito, voy a construirle una capillita, dijo.
Por su parte, las autoridades municipales, informó el director de Obras, José Antonio Sánchez, contribuyen con las labores de limpieza enviando maquinaria pesada y camiones de volteo para retirar los desechos y escombros de los pasillos del cementerio.
Las familias juchitecas aprovechan estas fechas para remodelar o pintar las tumbas de sus difuntos para que el próximo 13 de abril, en ocasión del Domingo de Ramos, lleven flores, veladoras y música a sus difuntos, quienes, en la tradición zapoteca, pagarán la visita del Día de Muertos.
En vísperas del inicio de la Cuaresma mañana con el Miércoles de Ceniza, y la proximidad del comienzo con la Semana Santa, con la celebración del Domingo de Ramos, el 13 de abril, las familias juchitecas se alistan para visitar a sus muertos, en un día de fiesta, con música y llanto.