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Para esta pregunta, hay dos respuestas: “Comer sanamente, tomar agua, cuidar mi cuerpo”, y “comer mucho para estar bien nutrido”.
Este juego didáctico fue el resultado final de los estudios de maestría en Educación de Jazmín Núñez, quien se interesó en el tema después de ver en las escuelas el consumo desmedido de comida chatarra.

El jugador lanza un par de dados gigantes en medio del tablero y la cantidad que resulte es el número de casillas que hay que avanzar; si el participante llega a caer en una comida chatarra, retrocede hasta el comienzo, si cae en comida nutritiva, avanza. El que gana el juego recibe un regalo de los organizadores.
Durante el juego, que llega a durar una hora, los participantes también caen en celdas que conducen a otras actividades, como preguntas de cierto o falso, sorpresas y retos.
Estas cartas obligan a los niños a pensar y reflexionar sobre la alimentación, así como a realizar actividades de ejercitamiento del cuerpo por 15 segundos, aprendiendo la importancia del ejercicio para la salud.

El también maestro en Salud Pública indica que existe una gran preocupación por el aumento en el número de niños con obesidad y prediabetes en la sociedad juchiteca, sobre todo durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19.
“No se hacía actividad física, estaban encerrados, consumían mucha comida chatarra, eso hizo que también existieran niños con intolerancia a la glucosa, prediabéticos, es visible porque en consulta es más frecuente.
“Antes de la pandemia a mi consultorio llegaban uno o dos niños con sobrepeso, ahora llegan hasta cuatro niños a la semana con intolerancia a la glucosa y obesidad, eso es preocupante, eso nos indica que se está comiendo mal. Para promover la buena alimentación en niños, se creó este juego educativo”, explica el nutriólogo.

Martha Elena García y Guillermo Bermúdez, divulgadores de ciencia, en su libro Alimentarnos con dudas disfrazadas de Ciencia: Nutriendo conflictos de interés en México puntualizan que en el estado de Oaxaca 32.6% de los niños entre cinco y 11 años de edad presentaban sobrepeso u obesidad en 2018.
Esto, afirman los expertos, aumenta considerablemente la probabilidad de que al llegar a la vida adulta las y los menores presenten enfermedades como diabetes o problemas cardiovasculares.