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“Este no es el momento de dejar de buscar”, sostiene.
La fiscalía informó a esta casa editorial que las investigaciones continúan; mientras se hacen los estudios dentales de los restos encontrados, pruebas que, señalan, son tardadas, la madre de familia pide que no se afirme que se trata de Andrea.
Independientemente de los resultados que les entreguen las autoridades, Catalina y su esposo pedirán pruebas particulares, pues sospechan que el hallazgo de los restos humanos en el paraje cercano a la población será usado como excusa para “dar carpetazo” al caso de su hija.
“Queremos hacer otro estudio, porque queremos estar seguros del resultado y ya estamos en trámites para ello”, acota Catalina, quien sostuvo varios encuentros con la fiscalía, incluso, dice, le han asegurado que esos restos son de su hija; sin embargo, los avances en la investigación son escasos.
Explica que cuando los restos fueron encontrados no les permitieron verlos y el personal de la fiscalía y cuerpos de seguridad comenzaron a recabar información. “Los restos no los hemos visto, promovimos un recurso para que nos permitan observarlos y reconocerlos”.
Andrea Itzel cursa el bachillerato y para que continúe sus estudios, sus dos padres tomaron la decisión de trabajar los dos.
Catalina sale a las 5:20 horas de su casa todos los días para ir a trabajar en una empresa del parque industrial de la zona, donde también trabaja su esposo. “Para nosotros, eran días normales y ese día mi hijo regresó a clases de la secundaria donde estudia”, recuerda.
El 17 de enero por la tarde, cuando la madre de familia volvió a casa, Andrea no estaba. Inmediatamente preguntó por ella y la buscó. A los cinco minutos volvió su hijo, quien le respondió que cuando se fue a la escuela, ella se quedó acostada. Eran las 6:40 horas cuando su hermano la vio por última vez.
Catalina preguntó por Andy a su madre, quien vive a unos 100 metros. También preguntó a vecinos, conocidos y amigos de su hija, sin respuesta. “Queremos saber quién se la llevó, porque una persona no puede desaparecer así, sin dejar rastro”.
A medida que pasaba el tiempo, la preocupación de Catalina aumentaba. Por ello decidió grabar un video para pedir ayuda: “La última ropa que ella usó fue una chamarra negra, una playera blanca, un pantalón de mezclilla negro y tenis negros”, explica en la grabación.

Menos de una semana después aparecieron restos en un lugar donde ya se había buscado. A Catalina no le permitieron revisar el lugar. Ella sospecha que ahí no pudo haberse descompuesto un cuerpo, pues no hay olor que lo indique. “Es una esperanza más para nosotros. Aunque la fiscalía asegura que los perros y los animales pudieron devorarlo, que en un día y medio, cinco perros pueden acabar con un cuerpo”, comenta.
Además, la ropa que presuntamente fue hallada en el lugar, no es de su hija; aún así, una trabajadora de la fiscalía le aseguró que se trataba de Andrea: “Quién se creen, se supone que deben realizar su trabajo, tener empatía y no hacer comentarios incómodos para los demás”.