“En los 80 era muy común hablar de los llamados ‘espantacigüeñas’, un término que refiere a las mujeres con formación en enfermería o partería que se dedicaban a interrumpir embarazos en la ciudad de Oaxaca.
“Eran parteras, enfermeras, médicas y médicos de extracción humilde que se dedicaban a interrumpir embarazos”, cuenta.

Foto: Archivo El Universal
Convocadas por la colectiva Mujeres de la Sal, activistas expusieron que desde hace casi dos décadas las mujeres han encabezado movimientos y acciones de protesta a fin de visibilizar la lucha por los derechos sexuales y reproductivos.
Con el paso de los años, las mujeres que desde entonces ya acompañaban en esos procedimientos, que costaban lo equivalente a 20 mil pesos, buscaron opciones para evitar que las mujeres pasaran por esos procedimientos”, agrega.
La activista recuerda el caso de “Paulina”, sucedido en 1989, quien fue atacada por un violador en su hogar, pero que se le negó el derecho a decidir.
Desde entonces, dice, las oaxaqueñas comenzaron a participar en encuentros para intercambiar información.

Foto: Archivo El Universal
No obstante, fue hasta 2004 cuando se realizó la primera marcha en el zócalo para defender el derecho de las mujeres; la manifestación fue encabezada por sólo 12 mujeres.
En ese mismo año, surgió el Colectivo Huaxyacac, formado por mujeres que encabezaban actividades para difundir el planteamiento legislativo del derecho a decidir. Para ello, las organizaciones generaron por primera vez la agenda que exigía el acceso a la interrupción legal del embarazo.
Según Vilma Katt Ulloa, activista lesbofeminista, el siguente gran paso en el movimiento de las mujeres se dio con el surgimiento de Marea Verde, que tomó fuerza en Argentina desde 2005, pero que fue en 2019 cuando las mujeres oaxaqueñas cobijadas en ese movimiento tomaron fuerza para acompañar la lucha.
La activista Maritrini García asegura que en el camino que ha recorrido históricamente el feminismo en Oaxaca falta mucho por hacer, pues “hay una muy delgada línea entre presentar iniciativas, aprobar legislaciones y que éstas garanticen los derechos”.
Sobre estos grupos, las activistas coinciden que se trata de personas con perspectivas que amenazan al ejercicio de los derechos humanos en Oaxaca y en el resto del país, mismos que pretenden frenar el derecho de las mujeres.
Pese a ello, admitieron que, en esta época el feminismo y la defensa de los derechos de las mujeres está fortalecida en comparación de hace casi dos décadas, cuando el movimiento apenas tomaba impulso en la entidad, pues cada vez más niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres mayores de todos los sectores simpatizan con el movimiento feminista.
“Hay mucho trabajo por hacer y estamos aquí, continuamos trabajando con todas las mujeres para seguir construyendo”, comentan las activistas.