
Foto: Juan Carlos Zavala
“Son diseños totalmente originales hechos por artistas plásticos oaxaqueños. Cada diseño trae su certificado de autenticidad para que no haya ningún problema ni dudas de que son originales. Ahora sólo tenemos siete diseños. Un aproximado de 100 playeras, de cada diseño y no va a existir otro diseño igual ni éste mismo volverá a existir”, explica el artista.
En esta primera edición participan los artistas plásticos oaxaqueños Edward Reyna, Ángel Waz y Luis Ramos. El primero de ellos estudió Artes Plásticas en Monterrey, Nuevo León, “y fue quien tuvo la idea de producir las playeras”, detalla.
Mientras que Ángel Waz es un artista consolidado que ya ha expuesto su obra fuera del país, como Vancouver, Canadá. En su trabajo, destaca la presencia de diablos y fantasmas y se ha enfocado en temas como el maltrato animal.
Zuriel Guízar reitera que la iniciativa es un esfuerzo para que los artistas plásticos puedan obtener ingresos, porque en estos momentos la compra de piezas de arte no es una prioridad para las personas, “esto no es algo de primera necesidad”.
Sin embargo, afirma que es posible vender una playera en la que se ha impreso una obra de arte original única y, por una exclusiva ocasión, a un bajo precio. De esta manera, los artistas pueden obtener ingresos, capitalizarse y seguir trabajando.
“Con la venta de 15 playeras ya pueden tener un subsidio económico como para seguir produciendo, la marca está cobijando este tipo de acciones. De esta manera gana la marca y gana el artista, de la misma forma que se hace con el arte”, comenta.
Las creaciones para estas 100 playeras con siete obras diferentes realizadas por tres artistas plásticos abordan temas que están relacionadas con la contingencia sanitaria por el nuevo coronavirus, que llevó a una parálisis social y económica a nivel mundial; asimismo plasman ideas sobre la naturaleza y las relaciones de pareja.
Una de las obras, por ejemplo, es una mariposa con un cráneo, el cual representa la muerte o la gente que está muriendo por esta enfermedad derivada del virus SARS-COv-II y la mariposa implica la libertad, el deseo de salir nuevamente a las calles contra el riesgo que ahora implica esto.
Zuriel Guízar finaliza comentando que éste es un proyecto que nace por la actual contingencia sanitaria, pero la intención es que siga y crezca después de esto: “Es una manera, en que la gente puede tener una pieza de arte a muy bajo costo; son piezas únicas que se pueden usar”, señala.