Más Información
oaxaca@eluniversal.com.mx

La discriminación no es un tema ajeno para los niños, pues Conapred entre 2012 y junio de 2018 recibió 681 quejas por presuntos actos de discriminación hacia menores, 322 por una discapacidad, 92 por una condición de salud y 62 por apariencia física.
La Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 (Enadis) da otro dato: 23.5% de la población infantil en el país reportó ser víctima de discriminación en al menos una ocasión. La causa más común es la apariencia física, es decir, peso y altura (41%), seguida de la vestimenta (36%).
El príncipe Azul y el príncipe Verde son una pareja de chicos gay que, según la historia escrita que los acompaña, se conocieron tras una guerra por la conquista de un territorio. La madre del príncipe Azul organizó un baile para que su hijo encontrara una pareja para reinar, quien escogió al príncipe Verde, con la aceptación de la reina.
Esa sólo es una historia de los personajes que ha creado Estefanía y que en Tuxtepec promociona, principalmente por redes sociales. Cuenta que la aceptación de esta nueva línea de juguetes es paulatina entre los padres de familia, quienes han mostrado rechazo a los muñecos relacionados con parejas del mismo sexo.

—No esperaba que fuera diferente. Hasta me han dicho que estos juguetes pueden “desviar” a los niños, pero no se trata de confrontar las percepciones, estoy segura que a alguien le servirán como una herramienta de aprendizaje, que es finalmente el objetivo, dice Estefanía.
Fany, quien aprende sobre la conducta de los niños en su empleo como asistente en un consultorio de sicología, dice ser paciente sobre la aceptación de sus productos. Por el momento, sólo han mostrado interés en ellos integrantes de la comunidad LGBT (lésbico, gay, bisexual, transexual).
La sicóloga Maricela Aguilar indica que el género es una cuestión cultural, pues más allá del sexo biológico, el menor descubrirá durante su crecimiento, a través de juegos o actividades lúdicas, su orientación sexual; el problema, detalla, es la influencia que tienen los roles de género durante la niñez, los cuales podrían coartar ese descubrimiento y formar adultos infelices.
La sicoterapeuta indica que habitualmente los padres acostumbran permitirles a sus hijos sólo juguetes ligados a su género, lo que limita un desarrollo pleno de sus gustos y emociones, y en su lugar reproduce sólo lo que le permiten explorar sus tutores. Explica que a su consultorio han llegado padres de niños de entre 10 y 12 años que, entre líneas, le piden “quitarle lo gay” a sus hijos varones, pues llegan a considerar que por preferir las artes que el futbol el menor será homosexual.

Esa es precisamente la apuesta de Estefanía, ir más allá de las barreras tradicionales del género. La joven apunta que a pesar de las dificultades que ha enfrentado para competir con los juguetes comunes, que considera marcan estereotipos además de género, de condición física y socioeconómica, prepara una nueva línea que incluirá niñas y niños que utilicen lentes, sillas de ruedas e incluso personajes que vivan con síndrome de Down.
—Lo que los padres deben entender es que los muñecos son para todos. Se trata de enseñarles que hay otros pequeños, como ellos, pero cada uno con particularidades, para que sea algo natural cuando los conozcan finalmente, explica Estefanía.