Por ahora, informó el prelado, en las instalaciones del albergue se crearon tres áreas de aislamiento. Una, donde están confinados los migrantes con fiebre, dolor de cabeza, cansancio y sueño, otra, donde está la mayoría de los centroamericanos que no tiene ninguna sintomatología y la tercera donde él se quedó aislado.
El albergue Hermanos en el Camino cerró temporalmente sus puertas desde el seis de abril, como medida de protección ante la pandemia. “Yo vivo aquí desde entonces y no hemos recibido visitas. No sabemos cómo pudieron contagiarse”, expresó preocupado.
El sacerdote publicó en su cuenta de Twitter: “Hoy vivimos el Día Internacional del Migrante Refugiado en medio de la pandemia. En Hermanos en el Camino ya tenemos al parecer un brote. Nos solidarizamos con todas las personas refugiadas y les deseamos un futuro de bienestar con sus familias”.
En el marco del Día Mundial de los Refugiados, que se conmemoró este sábado, por decisión de la ONU, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra refrendó su compromiso con los migrantes y aseguró que no los abandonará.
“El obispo Crispín Ojeda, me dijo que estará pendiente de la salud de todo, añadió.
Aunque no quiso hablar de su estado de salud, señaló que no se moverá del albergue. “No los dejaré solos. De aquí no me moveré. Voy a correr la misma suerte de ellos. Si a todos nos va bien o a todos nos va mal, pero de aquí (del albergue), no me muevo”, puntualizó.
Actualmente, señaló el prelado, en el albergue viven 35 migrantes centroamericanos que se inscribieron en el Programa de Emergencia Social, del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y se encuentran otras ocho personas que forman parte del equipo de Solalinde Guerra. Todos van a extremar la medidas de prevención; además hay otros 45 migrantes externos que están siendo monitoreados por el comité de salud del gobierno de Ciudad Ixtepec y por el Grupo Beta.