También indica que con base en experiencia previa en varamientos, la doctora en Ciencias Veterinarias Adriana Cortés Gómez determinó que la causa de muerte fue “ahogamiento causado por artes de pesca, como puede ser redes dirigidas a la captura de escama en general”. Estas redes, cuando son abandonadas, son conocidas como “fantasma” y son ilegales.
La conclusión de la causa de muerte se fundamento en entre las características de los cuerpos, entre los que destacan que no tenían heridas evidentes, que los pulmones estaban llenos de agua y que estaban infladas, lo que indican que murieron en el mar, varias horas antes de arribar a la playa.

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Pero fue el hecho de que todas las tortugas fueran hembras animadoras lo que descartó que su muerte hubiera sido causada por ahogamiento por florecimiento algal nocivo, en cuyo caso hubieran muertos también machos y ejemplares más jóvenes en diferentes playas; mientras que si la causa hubiera sido por un derramamiento tóxico, habrían fallecido ejemplares de distintas especies marinas, y de tratarse de contaminantes, no se observaría una muerte simultánea masiva en una sola playa.
Los cadáveres de las 300 tortugas fueron enterrados en la playa entre el 24 y 26 de octubre por personal de Profepa, Conanp y la Secretaría de Marina (Semar9, así como por voluntarios de comunidades de Huamelula como Río Seco, Paja Blanca y Tapanala, a través del Proyecto Acciones de Reproducción y Conservación de la Tortuga Marina.
De acuerdo con registros hemerográficos, esta es la mortandad masiva de tortugas marinas más grave que ha acontecido en la región del Istmo de Tehuantepec, pues anteriormente no se había registrado una de tal magnitud, ni en la playa de Morro Ayuta.

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