Resalta su preocupación acerca del actuar de gobernadores y presidentes municipales, que se están decantando abiertamentepor uno de los aspirantes, lo que, insiste, distorsiona la contienda democrática, cuando ya tomaron partido sin esperar las reglas.
“Estoy preocupado porque lo veo en la práctica. Mientras a algunos no los reciben los gobernadores, como es mi caso, a otros les hacen actos de 15, 20 o 30 mil personas. Obvio está la mano del gobernador y de los presidentes municipales para la movilización.
No se puede tapar el sol con un dedo, sentencia.
“Veo a Adán Augusto venir de atrás en poco tiempo, con toda la cantidad de recursos humanos y económicos que está empleando, crecer demasiado rápido en los estados y en los municipios”, remarca el legislador morenista.
Monreal Ávila le da la razón a Ebrard Casaubon en su exigencia de cuidar la limpieza y transparencia del proceso interno en Morena, porque le preocupa el nivel de las movilizaciones internas a favor de Sheinbaum Pardo y López Hernández: “Hay que cuidar al canciller, hay que moderar el exceso de los otros aspirantes y buscar de inmediato reglas, antes de que se desborde más este proceso interno”, dice.
El coordinador parlamentario reconoce que tras dos años de ser marginado y hostilizado, difícilmente podrá nivelar la contienda, pero afirma que se mantendrá hasta el final.
“Las encuestas son fotografías del día, tienden a cambiar, pero tampoco soy ingenuo, no soy incauto, no estoy fuera de la realidad de lo que ha estado pasando. Soy el último al que admitieron en la lista de aspirantes en enero pasado, no dispongo de recursos económicos para eso y si los tuviera no lo haría porque violaría la ley, pero no dispongo de estructura política ni de estructura de gobierno que me promueva o que esté caminando territorio. Ellos sí, y va a ser una contienda ya difícil de nivelarse por los dos años que han transcurrido”.
Expone que quizás está en la etapa más difícil de su vida, la final en una aspiración legítima, “pero mi decisión está tomada. Voy a jugármela con el Presidente sin esperar nada a cambio. A pesar de que soy el más preparado, el de mayor experiencia política, el de mayor autonomía y carácter, entiendo mi lugar y entiendo las condiciones que vive el país”.
El senador aclara que en este momento no está pensando en una candidatura para jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
“Yo voy a seguir en el movimiento aunque no esté activo, esa es una decisión personal. No sé si esté activo en unos meses más, en un año, no lo sé, pero sí, mi decisión es mantenerme en el movimiento que fundé”, afirma.
Estoy en un momento de reflexión profunda, y en un momento en el que le pido a Dios, yo soy católico y lo sabe todo mundo, que me ilumine en esta última etapa porque finalmente Dios es el que sabrá dónde estaré y dónde serviré, si es que todavía puedo servir al país”, concluye.