Los afiliados a esta agrupación, como es tradicional, utilizaron gorros de papel periódico, singulares de los voceadores, y vieron un video en el que con imágenes de distintas épocas recordaron las formas en que han realizado su trabajo, como personajes familiares en los barrios y los centros de reunión de la gran urbe.
Informó que, como parte del programa de modernización, en los puestos de periódicos y revistas afiliados se podrán realizar pagos de servicios de la Ciudad de México, prepagos telefónicos, del Infonavit y otros más, con el uso de una aplicación electrónica.
La celebración de aniversario inició con un desayuno en el Casino del Campo Marte, en el que se formó un ambiente familiar en el que, por ejemplo, Yolanda Vega Rodríguez, establecida afuera del mercado de Izcalli Chamapa, Naucalpan, comentó que aun cuando crece la preferencia por la información en dispositivos digitales, el gusto por la lectura de periódicos en papel se conserva en la población.
Yolanda comentó que la elección del presidente Andrés Manuel López Obrador se reflejó en la venta total de los ejemplares de periódicos el lunes 2 de julio, pero también en los días de esa semana: “Tener las noticias en un periódico es algo —dijo— que la gente atesora, y a nosotros nos da gusto servir con nuestro trabajo”.
Un grupo de voceadores con larga trayectoria fue reconocido, y tocó al director de Operaciones de EL UNIVERSAL, Raymundo Regalado, hacer entrega del que correspondió a María Teresa Hernández Calvario.
Guadalupe Alcántara Torres, quien tiene su puesto en Austria y Camino a Santa Fe, en 1997 tomó la estafeta de su padre, Santiago Alcántara, reconocido como socio activo, con la credencial 28, en 1953. Emocionada por los recuerdos, recibió el reconocimiento a su labor.
Cristina Galindo Cervantes, con 35 años de voceadora, y que atiende a su clientela en la esquina de Universidad y Vito Alessio Robles , recordó que por vender periódicos fue objeto de abusos de autoridades que desmontaron su puesto por la fuerza.
Dijo que quienes la atacaron creyeron fácil agredir a una viuda, pero el apoyo de la Unión que la protegió, venció a la arbitrariedad. Ahora, después del desayuno, se preparó para el Gran Baile, en un hotel de Paseo de la Reforma.