Más Información
“Ellos estaban protestando, exigían que fueran escuchados porque anteriormente ya habían encarcelado a mi sobrina, [que] aunque llevaba una niña de 3 y una de 6 años, la encarcelaron con sus dos hijas menores. Reclamaban no más violencia contra las mujeres, y su papá la estaba apoyando. No lograron ser escuchados, los asesinaron con una saña horrible, y los calcinaron”, narra una de las familiares, quien señala por al ataque a la Unión de Agencias y Comunidades Indígenas.

“Lo único que pedimos es que nos dejen enterrar a nuestros muertos, que nos dejan vivir el duelo; no sabemos si vamos a poder ingresar (...) a mis familiares que ya han ido a pedir el permiso, para que se abra el panteón y la iglesia, se los negaron, y les dijeron que no pueden porque están amenazados por ese gruopo”, narró Adriana.
Cuenta que fue un grupo de 50 personas aproximadamente el que ingresó a las oficinas de la agencia municipal de Huazantlán del Río, donde 28 habitantes de diversas comunidades de San Mateo del Mar, pertenecientes a un grupo contrario, protestaban.
Eran esas horas entre la noche del domingo y la madrugada del lunes, cuando los adversarios entraron con violencia, propinando golpes con piedras y palos.

Luego de una persecución, de las 28 personas que se encontraban en la protesta, ella y otras 12 lograron escapar, encerrándose en una habitación; veinte minutos después fueron rescatadas por elementos de seguridad, que llegaron a dispersar a los atacantes con gases.
Esta suerte no fue la misma para los 15 compañeros de María del Rosario, quienes fueron asesinados a golpes y luego calcinados.
Ante esta situación, afuera de la funeraria donde espera la entrega de sus cuerpos, exige justicia.
Pero las voces de Adriana y María del Rosario no fueron las únicas. Uno a uno, los familiares de las víctimas de esta masacre denunciaron afuera de la funeraria de Salina Cruz que las autoridades les negaron la apertura de la iglesia y panteón para enterrar a sus difuntos, y aseguran que en Huazantlán aún se encuentran amenazados por quienes perpetraron la masacre.

Al respecto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, atribuyó este martes la matanza a una “confrontación por el gobierno municipal”, una confrontación entre comunidades, y afirmó que sin usar la fuerza pública, descartando el uso de la Guardia Nacional, el gobierno federal intervendrá en el conflicto.
La Vicefiscalía Regional del Istmo de Tehuantepec informó a EL UNIVERSAL que por el momento sigue sin haber condiciones para entrar a Huazantlán para que las familias vivan su duelo y entierren a sus muertos.