Desde entonces, denuncian animalistas, el can permanece sin comida, ni agua en la cárcel de esta localidad que se rige por sistema normativo indígena (Usos y Costumbres).
“Exigimos entreguen vivo sano y salvo al perro macho blanco de raza pitbull, al que capturaron para matarlo. Alguien voceó pidiendo a su dueño que fuera a recogerlo; su dueño fue y el presidente y síndico le dijeron que no saben quién voceó, pues ellos pensaban matarlo y desaparecerlo, para que el dueño pensara que se perdió”, acusaron.
Activistas exponen que en esa comunidad, sin que exista reglamento para ello, sólo se permite a las familias tener un perro, y si tienen más los envenenan, al igual que a los perros en situación de calle.
Lo anterior pese a que Oaxaca cuenta con una Ley de Protección Animal, que precisa en el artículo 414 del Capítulo Segundo, “De la Privación de la Vida”, que se se castigará con cárcel de seis meses a cuatro años y con multa de 500 a 1500 días de salario a quien dolosamente prive de la vida a un animal vertebrado.
De acuerdo al apartado III del Artículo 416 de esta misma ley, está permitido que un animal sea sacrificado sólo “por causa justificada y cuidado de un especialista o persona debidamente autorizada y que cuente con conocimientos técnicos de la materia”, lo que impide que el perro sea sacrificado de manera arbitraria.