
Quienes comenzaron en esos últimos meses del 2017, hoy ya ven concluido una casa de por lo menos ocho por siete metros cuadrados; una sala, una cocina, un baño y una recamara, con una inversión de alrededor 120 mil pesos, de los cuales 60 mil se traduce en materiales y 60 mil en pago de mano de obra.

Él, que administró responsablemente el recurso por pérdida total que el gobierno federal le dio a través de las dos tarjetas de Bansefi, asegura que el apoyo sólo ayudó en un 50 por ciento, por lo que el restante son sus ahorros.
“Yo me gasté 30 mil de la tarjeta de mano de obra y puse otros 30 mil, en total pagué 60 mil en albañiles por tres meses. De la tarjeta de materiales gasté 60 mil y me queda 30 mil más que voy a utilizar más adelante. Y la casa no tiene aún piso, repello, puertas, el equipo eléctrico, fontanería y equipo de baño. Un arquitecto que contraté me dijo que para terminarla bien necesito otros 150 mil pesos, pero bueno ya avance en la obra negra.”, explicó el artesano zapoteca.

Pero la casa aún no la puede habitar porque los trabajadores seguirán con lo que resta de la construcción, así que él y su madre seguirán durmiendo en una casa de campaña colocada en el patio de su casa.
Los damnificados que comenzaron la reconstrucción en el mes de enero llevan un 80 por ciento de la obra negra, por lo que tendrán una casa en forma dentro de un mes más.
Debido a que la reconstrucción está en su apogeo, las calles de Juchitán están colapsadas y obstruidas con la tierra, los escombros, la arena y materiales de las construcciones.