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Julio César llegó a Estados Unidos y durante casi dos años trabajó en una fábrica procesadora de carne de pavo. Ahí, cuenta, le nació el anhelo de tener su propio negocio; fue entonces que regresó a Nopalera y retomó el trabajo en el campo, como sus padres.

“Muchas de las veces lo que lo limita a uno en las comunidades es sentirse pequeño al no tener una carrera, pero ese es el cambio que ha traído el tecnológico, que le ha abierto los ojos a la comunidad de que nadie es menos, hay que cambiar de idea”, expresa Julio, quien cursa el quinto semestre de ingeniería en Desarrollo Comunitario y es el presidente del Consejo Estudiantil.
Jesús no es el único que piensa así. Sus demás compañeros, mujeres y hombres, de entre 18 y hasta más de 30 años, están convencidos que a través del estudio podrán lograr el desarrollo de Nopalera; incluso quieren convertir sus proyectos productivos en modelos de negocio y exportar, para así hacer crecer la economía de su población.
“Quiero ayudar a mi comunidad, emprender proyectos con ellos, la visión es en un tiempo organizarnos y buscar un mercado que pague lo justo a los productores”, cuenta el futuro ingeniero que nunca imaginó serlo.

Junto con su fundador, el ingeniero Javier Castillo, han sido creativos y aprovechan al máximo el espacio. Cuentan con la producción de mojarras, café, miel, maíz, jamaica, plátanos y próximamente de hongo zeta.

“Para mí es como un ángel de Dios, ninguna otra persona se había interesado en mi comunidad ni de traer un nodo. Agradezco mucho al ingeniero, no sé qué le vio a mi pueblo, viviendo en una comunidad con un problema tan fuerte, aun así se tocaron puertas, ha trabajado mucho para la comunidad, él ha dado todo por mi pueblo, por los estudiantes”, platica Fortunato Cruz Bautista, agente municipal de San Sebastián Nopalera.
El 30 de agosto, el tecnológico cumplió cuatro años de haberse fundado en esta comunidad y la autoridad local reconoce que la existencia del plantel representa el comienzo del desarrollo.
“El tecnológico es una luz para los jóvenes porque van a avanzar con las carreras, este nodo significa mucho porque antes no tenían la oportunidad de estudiar por la distancia en la que se ubican otras instituciones y por el nivel económico. Soñamos que en un futuro vamos a tener buenos ingenieros, nuevos ciudadanos, que van a incorporarse al desarrollo del pueblo, antes no se daba”, destaca.

“Los jóvenes del tecnológico han aportado buenas ideas por buscar la paz, la tranquilidad y el desarrollo del pueblo, nosotros estamos también en la misma visión, buscar una solución y no seguir con este conflicto. Se ha visto un cambio… mi pueblo está cambiando de ideas”, detalla.
“Desde que se instaló la base hemos encontrado la paz, la tranquilidad, se ha recuperado el paso, está libre el tránsito para cualquier ciudadano, el Ejército ya está para brindarnos el apoyo”, cuenta el agente.

Luis Miguel es estudiante del séptimo semestre de la ingeniería en Desarrollo Comunitario y está contento de que será uno de los egresados de la primera generación de ingenieros.
“Buscamos sacar adelante a nuestra comunidad, ya que es catalogada como de alta marginación. Es muy bonito porque tenemos la escuela en la comunidad, es accesible porque ya no generamos gastos en transporte y hospedaje”, cuenta.

“Me siento orgullosa porque al menos tener mi bebé no fue un obstáculo para mí, sino es una motivación para que yo siga estudiando”, expresa.
Como ella, otras jóvenes que son mamás acuden a la escuela con sus hijos, lo que resulta algo natural para todos los estudiantes.

Esta semana estos jóvenes celebraron con sus padres el cuarto aniversario del campus, pues aunque es una escuela superior existe un comité de tutores. Para el festejo contaron con un curso de gastronomía impulsado por Silviano García, un gestor de proyectos comunitarios, quien les enseñó a preparar platillos con recursos de la comunidad, como el hongo de leche.
“Tenemos ansia de crecer”, dicen los jóvenes con el deseo de que Nopalera deje de ser conocida por la violencia que vivió y se hable de esta fuerza con la que buscan alcanzar la paz.