Sara era personal de confianza en la parte operativa, de donde fue despedida sin justificación, según relató en conferencia de prensa en la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).
El 15 de agosto, los inspectores la encerraron en una oficina para tratar de obligarla a renunciar, acusándola a su vez de recibir dinero o favores de parte de comerciantes en la vía pública.
Asimismo, ante medios de comunicación expuso que la denuncia fue puesta ante sus jefes inmediatos, sin respuesta.
Ante ello, presentó una denuncia en la DDHPO y solicitó una audiencia con el edil Francisco Martínez Neri para darle a conocer de propia voz los hechos y poder recuperar su empleo.