
Aunque la modernidad alcanzó a la herencia tradicional y ahora hay tejate en polvo a la venta, miles de personas prefieren la preparación tradicional de las manos de mujeres como Isabel.
Al compartir su historia, Isabel, cuya edad actual rebasa los 50 años, relata que comenzó a preparar tejate cuando tenía seis años y desde entonces aprendió la receta, que hoy conoce y reproduce de memoria.
Con el tiempo, a través de la oralidad transmitió sus conocimientos a sus hijas, quienes también se dedican a la elaboración de tejate, oficio que representan con orgullo.

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La productora reconoce que la popularidad que tiene la bebida milenaria en México y el mundo la hace sentir orgullosa, pues es un oficio que representa a su comunidad.