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Por la mañana de este jueves dos de febrero, en un espacio adjunto a la iglesia de San Mateo del Mar, que está siendo restaurada por los daños que sufrió en el terremoto de 2017, miles de peregrinos de la comunidad y de los municipios vecinos, entre zapotecos y chontales, le cantaron las mañanitas a La Virgen.

En San Mateo del Mar, una localidad de familias ikoots ubicada a unos 65 kilómetros al sur de esta ciudad juchiteca, el presidente municipal Raúl Rangel destacó el clima de paz que se vive en la comunidad que permitió la celebración de las festividades en honor a La Candelaria. La fiesta ha concentrado a muchos vecinos, dijo.
“Peregrinos de la etnia chontal, como de Santiago Astata, y de los pueblos vecinos zapotecos, así como vendedores de pan de Tlacolula, nos visitan en esta fecha y hay quienes, por el cruce sanguíneo de familia, derivado de los matrimonios del pasado y reciente, se quedan varios días y disfrutan de nuestras tradiciones”, dijo el edil de San Mateo de Mar.
