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Si quieren vivir un viaje inolvidable, Oaxaca es la opción ideal para que se dejen llevar en sus pueblos paradisiacos. El que te diremos a continuación es uno de lo más románticos y perfectos para llevar su relación a otro nivel.
Mazunte, es el pueblo, que despierta encanto y emana romance por cada rincón. En este increíble lugar pueden explorar las cafeterías, admirar los paisajes de la Sierra Sur, disfrutar de las bellas playas y dejarse seducir por su ambiente mágico.
¿Qué hacer en Mazunte?
En Mazunte no se pueden perder de dar una caminata juntos hasta Punta Cometa, donde la luz envuelve cálidamente al amanecer. Aquí el cielo y el mar crean un paisaje único.
Además, tiene una gran carga espiritual porque durante la época prehispánica era utilizado como centro ceremonial. Aquí las noches también se llenan de magia con las estrellas y el sonido del mar.
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De los meses de julio a noviembre pueden compartir juntos el prodigio de la liberación de tortugas marinas, un espectáculo maravilloso que se sentirán encantados de presenciar.
¡Como en las películas! También pueden dar un paseo en canoa en la Laguna de la Ventanilla, donde el canto de las aves se mezcla con los manglares. Aquí se aprecia a detalle las garzas, iguanas y gavilanes.
No se pueden ir de Mazunte sin antes haber probado algunas mezcalerías emblemáticas del pueblo. Te recomendamos visitar la Mezcalería Mazunte, en calle Carey; la mezcalería en Cocolia Hotel, con acceso directo a la Playa Mermejita y Tribu Mazunte, con un ambiente relajado e íntimo.
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Cuando el sol se esconda y se sienta la fresca brisa del mar, pueden encontrar refugio en las cafeterías escondidas entre las calles de Mazunte, donde degustarán de las tazas de café más deliciosas del mundo, que claramente proviene de Oaxaca.
Mazunte es el destino ideal para esconderse entre sus palmeras y sus olas. Este pequeño pueblo costero los invitará a reconectar con la naturaleza.
Para elevar esta experiencia, existe la opción de que se hospeden en una cabaña con vista al mar, rodeada de vegetación tropical. Y por la tarde caminar descalzos por la arena dorada mientras ven el sol fundirse con el Pacífico.
