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“Invaden todos los productos baratos hechos fuera, el plástico, el aluminio”, explica el curador de la muestra.

Al mostrar una diversidad tan grande de objetos y formas en que se trabaja el barro, se busca también difundir que se puede apoyar a las alfareras y los alfareros a través del consumo de sus productos, comprando sin regatear.
“La forma en que hacemos eso es presentar el barro no como un objeto de colección, no para ponerlo en una vitrina o que sean piezas carísimas que solo los banqueros pueden comprar”, apuntó Barrera, también curadora de la exposición.
La muestra también abarca el trabajo de alfarería de comunidades que no están necesariamente en Oaxaca sino en los límites con Guerrero y Puebla, pues para Barrera y Mier y Terán, se trata de una región cultural que no respeta los límites de la división política.

La primera parte de la exposición, Barro y Fuego, reúne piezas tradicionales, funcionales y aún en producción, provenientes de 40 pueblos alfareros en Oaxaca y sus alrededores mostradas como ejemplo de equilibrio social y ambiental.
La segunda sección, Comala, muestra los resultados, las prácticas experimentales, las metodologías y la pedagogía de la Comunidad Alfarera de Aprendizaje, un espacio de intercambio de saberes que Innovando la Tradición ha coordinado durante los últimos cinco años.
