Mientras se alista con el vestido de flores bordadas, Naomi, que el año próximo será coronada como reina de la celebración y que desde está jornada de festividades la encabezó a través de las tradicionales “regadas”, que son carros alegóricos por las calles principales de Juchitán con mujeres luciendo trajes istmeño de gala y hombres paseando a caballo con toros y flores en coches y carretas, no duda en definir que esta fiesta se trata de libertad y dignidad.

“Es mentira que Juchitán sean solo muxes de fiesta, es tanta la violencia que sufrimos que la Vela representa la posibilidad de ser nosotras mismas, que podamos salir, bailar, disfrutar y lucir como princesas y no seamos juzgadas por la sociedad”, narra Naomi en medio de la fiesta.
Esto lo resta Naomi antes de entrar a la pasarela donde las muxes lucen sus mejores vestidos y la gente puede convivir tras pagar cartones de cerveza de 350 pesos pagado por hombres de guayaberas blancas y mujeres con trajes típicos que dan una ofrenda de 100 pesos, a cambio de botanas para entrar.

Felina Santiago, considerada otra de las matriarcas de la comunidad muxe en Juchitán y una de las fundadoras del movimiento de reconocimiento de la diversidad en Oaxaca, es enfática en la denuncia para acabar con la impunidad y el olvido de justicia de los gobiernos de Oaxaca.
Afirma que están juntas en la exigencia de justicia por el asesinato de le magistrade Ociel Baena que para ellas ellas fue un símbolo de libertad frente a una sociedad injusta que a veces sólo las ve como algo exótico.
“En la lengua zapoteco no hay género y nosotras las muxes siempre hemos existido y sabemos resistir”, exclama Felina, una de las fundadoras de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro”.

Amurabi Méndez que este año organiza en Juchitán, en marco de la Vela Muxe, jornadas, talleres y conservatorios sobre diversidad sexual, sostiene que las velas son una actividad que reactiva la economía del Istmo, ya que durante estos días los hoteles se llenan, los restaurantes no se dan abasto y la comunidad convive de una manera que no sucede en otros eventos.

“La fiesta es completa porque nosotras podemos ser nosotras, pero es una fiesta del pueblo, donde hay cultura, bailes, y una economía reactivada, esta vez calculamos que tuvimos cerca de 10 mil personas en esta celebración popular”, detalla.
