Los chapulines son insectos pertenecientes a la especie Orthoptera, conocidos comúnmente como saltamontes. En Oaxaca, su consumo tiene raíces prehispánicas y continúa vigente como símbolo gastronómico, cultural y económico. Este alimento, valorado por su alto contenido proteico, ha sido parte esencial de la dieta zapoteca y mixteca durante siglos.
Actualmente, los chapulines no solo forman parte de los menús tradicionales, sino que también aparecen en presentaciones gourmet y fusiones culinarias innovadoras, conquistando los paladares nacionales y extranjeros.

¿Cómo se recolectan y preparan los chapulines?
La recolección de chapulines es una práctica ancestral que aún hoy se realiza en campos de alfalfa, especialmente en los Valles Centrales de Oaxaca. A primera hora del día, los recolectores utilizan la “lancha”, una herramienta tradicional que facilita la captura de estos insectos mientras permanecen inmóviles por el frío matutino.
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Una vez capturados, las familias los hierven en agua con sal y limón hasta que adquieren su característico tono rojizo. Luego se secan y, en muchos casos, se fríen al comal con ajo y chile habanero sobre leña, lo que intensifica su sabor. Este proceso artesanal da como resultado un producto versátil, listo para disfrutarse solo o como ingrediente principal en tacos, salsas y otros platillos.

¿Cómo se integran los chapulines a la cocina oaxaqueña actual?
Los chapulines se han convertido en protagonistas de la cocina oaxaqueña contemporánea. Se pueden encontrar:
- Tostados y sazonados con sal, ajo o chile
- Como botana acompañada de limón
- En tacos, tlayudas, empanadas y quesadillas
- En salsas molidas con chile y tomate
- Como polvo para espolvorear sobre guacamoles o cremas
Su sabor, descrito como terroso con notas de ajo y cebolla, los convierte en el complemento ideal de productos como el mezcal, el queso fresco o el aguacate.
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¿Cuál es su impacto en la economía y la sostenibilidad?
El comercio de chapulines representa una fuente vital de ingresos para muchas familias rurales en Oaxaca. Durante la temporada de recolección, junio a diciembre, su captura, preparación y venta dinamizan la economía local, desde los campos hasta los mercados y restaurantes.
Además, su producción tiene bajo impacto ambiental. Es decir, no requiere fertilizantes ni pesticidas, lo que los convierte en un alimento sostenible, alineado con las prácticas de consumo responsable y economía circular.
¿Qué papel juegan los chapulines en la cultura oaxaqueña?
Más allá de su valor nutricional y económico, los chapulines están profundamente arraigados en el imaginario cultural de Oaxaca. Han sido documentados en códices prehispánicos como alimento y ofrenda ceremonial. Aún hoy, forman parte de rituales tradicionales, como la Guelaguetza o las festividades del Día de Muertos, donde se les considera símbolo de fertilidad, abundancia y conexión espiritual.
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Descubre el 3er Festival del Chapulín en San Miguel del Puerto
El próximo 20 y 21 de septiembre, San Miguel del Puerto celebrará la tercera edición del Festival del Chapulín, una cita imperdible para los amantes de la cultura y la gastronomía oaxaqueña.
- Sábado 20: Barra de Copalita será sede de exposiciones culinarias, venta de chapulines en distintas presentaciones, productos artesanales y actividades culturales.
- Domingo 21: En Rancho Majahual, los asistentes disfrutarán de música en vivo, juegos tradicionales y una muestra gastronómica donde los chapulines serán los protagonistas.
Este festival es más que una fiesta: es un homenaje a una tradición que sigue viva, que alimenta cuerpos y también memorias, reafirmando el lugar de Oaxaca como una de las capitales culinarias más ricas y diversas de México.
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¿Qué hace únicos a los chapulines oaxaqueños?
Los chapulines que se venden en los mercados de Oaxaca tienen una particularidad: son criados en terrenos de alfalfa, lo que les otorga un sabor distintivo. Se comercializan por tamaño:
- Pequeños: considerados los más delicados y apreciados.
- Medianos y grandes: de textura más carnosa, ideales para tacos y guisos.
Esta diversidad permite una amplia gama de usos gastronómicos, desde platillos sencillos hasta sofisticadas preparaciones de autor.

¿Por qué los chapulines son símbolo de identidad oaxaqueña?
Para los oaxaqueños, los chapulines representan mucho más que un alimento. Son una expresión de historia, territorio, ingenio y resiliencia. Su presencia en la cocina cotidiana, en las celebraciones y en la economía familiar los convierte en un ícono de la identidad local.
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En cada bocado, se saborea el legado de generaciones que han sabido convivir con la tierra, respetarla y transformarla en sabor.
Los chapulines no son una moda pasajera ni una curiosidad exótica. Son un manjar ancestral, profundamente arraigado en la vida de Oaxaca. Su valor trasciende lo culinario, no son solo un ingrediente, sino una forma de vida que honra la naturaleza, la comunidad y el sabor de una tierra que nunca deja de sorprender.