“Tengo una historia, armada desde hace mucho tiempo, y uno de los principales motivadores que me puso a escribir esa historia fue el poder hacer las figuras de acción de los personajes; luego se volvió como un círculo”, expresa.
El artista expresa que también es fanático de los detrás de cámara de las películas, en los que se observa cómo se realizan los efectos especiales, sobre todo aquellos que se hacen de manera manual y no tanto los que se realizan con la ayuda de una computadora; aunque tampoco les resta ningún mérito.
“En realidad, es un hobby que creo viene desde la primaria y secundaria; me puse a hacer juguetes o intervenirlos, más que hacerlos, y luego en la universidad, cuando apenas empezaban las redes sociales, empecé a ver cómo había gente que hacía figuras de acción de personajes de esas de caricaturas o de historietas con plastilina epóxica y que luego los pintaban con pinturas de modelismo, con un nivel impresionante e incluso mejor que el de las grandes industrias de juguetes”.
Mientras que para sus figuras de acción, la mayoría de las veces usa como base las partes de otros juguetes que suelen estár conectadas por articulaciones que les permiten cierto movimiento; éstas piezas son transformadas con ayuda de materiales como la plastilina epóxica, entre otros.
“En las figuras de acción, de entrada buscas que sea muy articulada, entre más articulación puedes ponerle o rescatar a la hora de esculpir.
“Hay mucho coleccionista que lo que le gusta es poner sus figuras en la caja y en una cierta posición el juguete, y a muchos aún nos gusta jugar con los juguetes. A mi me relaja un chingo jugar e inventar historias”, comparte el creador.
Al tocarle una huelga en la UNAM, tuvo que dejar sus estudios y concluirlos en la Ibero, pero eso permitió que sus habilidades manuales y tecnológicas se fortalecieran.
Mientras que en la universidad pública debían realizar los trabajos de forma manual a finales de la década de los noventa, por falta de computadoras o material tecnológico, en la universidad privada pudo tener acceso a este conocimiento.
Esta dualidad en sus estudios también le permitió estar preparado para un mercado laboral pobre para los diseñadores gráficos, ya que se trata de una profesión que se ha devaluado en el sector empresarial por el desarrollo de aplicaciones digitales.

“La falta de recursos también era una generación en la que la tecnología aplicada al diseño gráfico para su producción estaba en ciernes, además de cosas que ya no se usan pero creo que de cierta manera te dan la capacidad para resolver cosas de manera análoga sin necesidad de tener la tecnología de ahora”.