Se trata de los conflictos existentes entre Santa Cruz Mitlatongo y Santiago Mitlatongo; Santa Catarina Yosonotú y Santa Lucía Monte Verde; Santiago Juxtlahuaca: San Juan Copala y Yosoyuxio Copala; y Santa María Amialtepec y Santa María Yolotepec, todos en la Mixteca. Así como Villa Sola de Vega y Santa María Sola, San Mateo Yocotindoo y Santiago Amoltepec, y Santiago Yaitepec (Pedimento Santuario de Juaquila), ubicados en la Sierra Sur.

Agrega que al igual que los otros municipios en conflicto, después de los incendios o previo, existen disparos de arma de fuego en la zona. Los afectados señalan que estos espacios de disputa son vigilados y por ello, se dan cuenta cómo inició el fuego.
En este contexto, el titular de la Secretaría de Gobierno de Oaxaca (SEGO), Jesús Romero López, dijo que los incendios forestales provocados tienen que ver con la disputa de territorios, “la respuesta es preparar una posible incursión de otra comunidad para utilizar estas tierras y sembrarlas en los próximos ciclos que se avecinan, hay una comunidad que se adelanta e incendia. Y lo otro es incendiar terrenos para avanzar y posicionarse a través del uso agrícola o ganadera de esta tierra”.
Por esta situación, Jesús Romero detalló que se está trabajando desde el diálogo y concertación a través de las mesas regionales de construcción de paz con la participación de los delegados, las instituciones de seguridad y con el seguimiento de la Secretaría de Gobierno que avala y garantiza que estos acuerdos se cumplan.

Para poder vigilar y dar cumplimiento a estos acuerdos, a principios de abril se instaló la Mesa de Atención Agraria estatal y federal donde también participa Luisa María Alcalde Luján de la Secretaría de Gobernación (Segob). “En esta mesa, la estrategia es el diálogo con los comisariados y las autoridades locales, para construir una minuta donde se actuará con responsabilidad en el marco de la visita de los combatientes en zonas de conflicto, en la cual garantizará su participación en el marco de seguridad e incluso se suman al combate de incendio, como protocolo de atención”.
Magdalena Coello Castillo, directora general de Coesfo, detalla que ante la falta de lluvias que se vivió en el estado durante 2023, los 116 incendios registrados en lo que va de este año y que han consumido 13 mil 364.4 hectáreas de bosques y pastizales se han extendido muy rápidamente, a lo que se suman condiciones del viento y de la orografía.
Es por ello que reconoce que se vive una situación crítica y que comenzó demasiado temprano las actividades de combate a incendios. “La situación es crítica, estamos comenzando demasiado temprano el combate de los incendios forestales. En 2023 no llovió y tenemos condiciones de sequía severas, lo que está ocasionando que los incendios sean más explosivos (…) El panorama no es positivo, porque vienen las temperaturas más elevadas en abril y mayo”, alerta.
Esta situación, — actualmente hay ocho incendios activos—, se complejiza aun más en sitios donde el fuego aparece en zonas de disputa en las que se presume que podría ser provocado, pues deben existir condiciones de seguridad para que ingresen los brigadistas.
Según sus datos, en gobiernos anteriores podrían tardar hasta 34 horas en atender un siniestro en el estado, pero actualmente ese promedio se redujo a 17, al igual que el tiempo destinado en liquidarlo, que pasó de 80 a 68. La excepción son las zonas de conflicto.
“Donde nos tardamos más es en áreas en conflicto o en áreas de controversia. Antes eran varios días o más de una semanas o el incendio se apagaba solito porque no había condiciones para que los combatientes pudieran llegar. Ahora desde el momento que notifican en una área de controversia, a través de la Coordinación de Delegados de Paz, podemos establecer mesas de acuerdo y se levanta la minuta”, dice.
Tras ese acuerdo, explica que comienza el movimiento y una brigada de Conafor o Coesfo, ya sea acompañada por elementos de la Defensa Nacional o la Guardia, o la Policía Estatal salen a combatir el fuego.
Pero no todos lados se logra. Por ejemplo, en el incendio provocado en Cerro Metate, ubicado en la franja de conflicto en San Juan Mixtepec, los brigadistas institucionales nunca pudieron ingresar. El fuego duró cinco días y sólo los comuneros y voluntarios tuvieron que sofocarla; sin embargo, el fuego consumió 15 viviendas.
“Estamos solicitando la intervención de los gobiernos federal y estatal, además de la instalación de una base de seguridad, porque esto sucede cada año. Por ejemplo, en 2023 también hubo muchos daños por los incendios. También pedimos que venga el instituto de la vivienda para que vea los daños y haya una reparación”, dijo en su momento el presidente municipal, Bernardo Sánchez.
Las dependencias forestales han indicado en diversas ocasiones que por falta de seguridad no pueden exponer a los brigadistas en estas zonas de conflicto.
Al igual que el incendio activo en la zona triqui baja, los brigadistas entraron siete días después, debido a la falta de un acuerdo entre las organizaciones internas que sostienen un conflicto social y a quienes el gobierno oaxaqueño pedía “firmar un acuerdo de paz”.
“El gobierno sabe que cada año es lo mismo, parece que vivimos en un país sin justicia, mientras se queman nuestros bosques, las familias pierden sus bienes; nosotros siempre hemos estado en disposición para el diálogo, pero nuestros vecinos no quieren sentarse”, claman las autoridades agrarias de Yosonotú.