Mientras que los hombres descansarán en un auditorio que habilitó el gobierno municipal, explicó el alcalde, Félix Serrano. “Sin lugar a dudas, la solidaridad del pueblo ixtepecano se manifestará con la ayuda humanitaria”, añadió.
Desde inicios de semana, tanto en el albergue como la autoridad municipal empezaron a invitar a la población para que aporte alimentos enlatados, agua, medicinas y pañales para los migrantes.
Ciudad Ixtepec, que está comunicado por tren con Arriaga, Chiapas, ha sido el punto de paso obligado de los centroamericanos porque ahí pasa el ferrocarril transístmico que va de Salina Cruz a Coatzacoalcos, Veracruz.
Antes de que el gobierno federal aplicara el Plan Frontera Sur, en 2014, miles de migrantes llegaban a Ciudad Ixtepec en el lomo de La Bestia. Después, lo hacían en oleadas masivas, caminando en la vía ferroviaria. Esta podría ser la ruta que tome la caravana que viene.
“Vamos a brindarles todas las facilidades, vamos a procurar que se respeten sus derechos humanos y vamos a brindarles alimentos, agua, medicina y todo lo que requieran”, afirma.
Esta postura es distinta a la que existe en Matías Romero, otra de las ciudades oaxaqueñas habituada a convivir con los migrantes.
En abril de este año, durante el Viacrucis del Migrante 2018, unos mil 500 centroamericanos permanecieron durante una semana en esta ciudad del norte del Istmo. En esa ocasión, recuerda el presidente municipal, Marco Antonio Cabello Mares, “la ciudadanía y nosotros apoyamos su estancia con alimentos, agua y medicinas e incluso les conseguimos unos 10 autobuses para que siguieran su ruta hacia el norte del país”, narra.
No obstante, en esta ocasión, por la cantidad de migrantes que compone la caravana, el alcalde reconoce su preocupación.
“El paso de la caravana nos va afectar. No sabemos en qué magnitud, pero será complicado el paso. Espero que no se salga de control, porque habrá consecuencias en materia de salud y de seguridad”, explica el edil.
Sobre esta propuesta, el secretario municipal de Juchitán, Óscar Cruz López, considera que se debe respetar la organización interna de la caravana. “No sabemos si, en caso de que el gobierno de Oaxaca rente autobuses para apoyarlos en su traslado, acepten. Será su determinación, pero de entrada debemos ser respetuosos”, indica.
Asegura que el pueblo juchiteco volverá a mostrar su solidaridad con los centroamericanos que vienen huyendo de la violencia y la pobreza. “Vamos a brindarles todo el apoyo humanitario con alimentos, medicinas, ropa y agua, y vamos a procurar que en todo momento se respeten sus derechos humanos”, promete Cruz López.
Irma Pineda, poetisa juchiteca, asegura que decenas de hombres y mujeres de todas las edades respondieron a la convocatoria que lanzó el sacerdote Ranulfo Pacheco, responsable de la parroquia del Señor de Esquipulas, aportando alimentos enlatados, agua y medicinas que entregarán a los migrantes que vienen en la caravana.