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Gonzalo no habla español y días después se enteró por los abogados que estaba acusado de violación, delito del que se dice inocente, pero que nadie le ha ayudado a demostrarlo. Hasta ahora, tampoco ha contado con algún intérprete o traductor.
En su último informe, presentado el 19 de septiembre, la organización señala que en Oaxaca hay 3 mil 368 personas privadas de la libertad; 95.5% corresponde a población varonil (3 mil 368) y 4.5%, a femenil (158).
De todos los de presos de la entidad, 954 personas (28.3%) pertenecían a un pueblo originario. De ese total, 97% son hombres (929 personas) y 2.6%, mujeres (25 personas).
Los centros con mayor población indígena son: el Cereso 1 Penitenciaría Central (179 personas), el Cereso 4 Cuicatlán (129 personas) y el Cereso 7 Tehuantepec (113 personas). El Cereso Femenil Tanivet reporta 25 mujeres indíegnas.
Las causas por las que las personas de pueblos originarios están en prisión pueden ser del fuero común o federal.
Del primer rubro, la SSPO reporta abigeato, abuso sexual, allanamiento de morada, asalto, delitos contra la salud, despojo, extorsión, feminicidio, homicidio, lesiones, parricidio, privación ilegal de la libertad, robo, sustracción de menores, violación y violencia intrafamiliar.
Mientras que los delitos del fuero federal se tienen registrados contra la salud, delincuencia organizada; portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacional; tráfico de personas, trata de personas y violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
“Existe actualmente en la defensoría un esfuerzo incipiente de integrar una perspectiva indígena transversal”, asegura la ONG.
Asimismo, señala que de los 80 defensores en materia penal con los que cuenta la defensoría, sólo cinco son bilingües, frente a una población hablante que representa casi 30% de la población del estado.