“Si no se hace [el programa de incentivos], vamos a tener un déficit en la producción de alimentos y esto nos llevaría a una crisis alimentaria. Es más grave que una crisis en salud: se roba por hambre y pasan muchas cosas más, se pierde la gobernabilidad”, sostiene Raúl Alberto Narváez Labastida, presidente del Sistema Producto Maíz-Frijol y coordinador estatal de todos los sistemas Producto en Oaxaca.

Alberto Narváez explica que para los productores agrícolas, ni el gobierno federal ni el estatal han diseñado un programa de rescate, como sí lo han hecho con los medianos, pequeños y micro empresarios a través de créditos, y la causa es que 98% de los campesinos no están en un régimen empresarial, no cuentan con RFC y no tienen empleados registrados en el Seguro Social.
En Oaxaca, detalla, hay 450 mil productores de básicos. De estos, sólo 2% está en el régimen contributivo ante el Sistema de Administración Tributaria (SAT).
El déficit de maíz, explica, fue causado por la pérdida de 200 mil toneladas de esta planta en 2019 debido a la sequía. Ahora, con la pandemia y las compras desesperadas que se hicieron sobre este básico, se terminó con el poco inventario que existía.
Narváez Labastida informa que Liconsa ha anunciado la compra de 300 mil toneladas entre mayo y diciembre, para abastecer al consumo local. Sin embargo, asegura que se requieren al menos otras 100 mil toneladas de maíz para lo que se vende en los mercados de abastos.
“Entonces, me atrevo a decir que hay un déficit de 400 mil toneladas por la sequía, por la pandemia y por la poca atención a programas de rescate de apoyo a los básicos. Por ley se marca que los básicos hay que ayudarles, no sólo en México, sino también en el mundo”, sostiene.

La cosecha de hortalizas presenta una situación similar, a causa de la falta de recursos económicos de la población y las restricciones en los mercados municipales ante la pandemia, por lo que esta actividad se queda sin venta.
El presidente del Sistema Producto Tomate, Vicente Santiago Ramírez, dice que la pandemia ha afectado principalmente a la producción de hortalizas como ejotes, pepinos, calabazas, entre otros y que generalmente acompañan los cultivos de tomate.
En Oaxaca hay un promedio de 3 mil 500 pequeños productores de tomate, quienes se han visto afectados por la elevación en los costos de producción, ya que el valor de cambio de dólar se disparó.
“Esa parte sí nos está pegando, porque los fertilizantes cuestan más, todos los insumos se mueven de acuerdo al dólar. Un 50% de los 3 mil 500 productores está afectado [por la variación del dolar]. Hay un desequilibrio en el tema de la comida”, asegura.
Santiago Ramírez advierte también una posible hambruna, si no hay sensibilidad de los tres niveles de gobierno para apoyar al sector productivo agrícola: “Necesitamos apoyos, tanto económicos en el tema de facilitar los créditos e infraestructuras, para que se potencialicen algunas zonas aptas para la producción. Pero hasta ahora ningún gobierno menciona el sector agrícola en sus planes de rescate”, finaliza.