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“En ese tiempo era futbol de barrio, estaba muy de moda esa cuestión de las bandas, el rock, las drogas. Los jóvenes elegían pertenecer a una banda para obtener identidad y aceptación. Y no es que culpe al rock, porque algunos decidieron combinarlo con el deporte”, dice.
“Poco a poco, fuimos buscando espacios más adecuados porque, lamentablemente, en esta región el futbol ha sido marginado y no se le había dado el lugar para practicarlo hasta hace poco. Esta cancha que estamos estrenando se logró a base de esfuerzos, de inquietudes, de estar movilizándonos, exigiendo, protestando”, relata Arturo.
“Los aficionados al futbol decidimos organizar un torneo que quisimos compartir con todos nuestros hermanos mixes y nuestra gente respondió”, señala Arturo, quien agrega que 35 equipos de diferentes comunidades atendieron la convocatoria.
Los municipios representados en este primer encuentro son Tepantlali, Juquila, Tlahuitoltepec, Tepuxtepec, Totontepec y Cacalotepec, provenientes de las zonas baja, media y alta del Distrito Mixe. Las comunidades serán representadas en las categorías infantil, varonil y femenil.

“La rama femenil fue un nuevo detalle porque nosotros no habíamos visionado hacer tres categorías. Estábamos muy acostumbrados a que el futbol era una cuestión varonil, pero en este torneo las mujeres van a tener un papel muy importante porque estamos integrando la equidad de género, ya que en nuestro sistema de usos y costumbres es urgente incluir a las mujeres en el deporte”, comenta.
Anaajëntump. Para Arturo no hay duda: el futbol mixe es lucha y resistencia. Este aficionado dice que el deporte los ha ayudado a exigir su derecho a ser visibles, pues, como todo pueblo originario, las comunidades ayuuk se enfrentan a una sociedad donde no tienen cabida. De ahí la importancia, señala, de que el distrito mixe fortalezca sus lazos de hermandad a través del futbol.
“Lo que grita el futbol en los jóvenes es que estamos presentes. Yo pienso que representa un poco de lucha constante, de manifestación, de decir ‘aquí estamos’, ‘háganos caso’, ‘también nosotros pertenecemos a la sociedad’”.
Lo anterior, agrega, “porque el futbol involucra a todos: a mujeres, hombres, jóvenes y niños. El futbol mixe significa lucha, resistencia y apoyo mutuo entre todas las comunidades”, completa.
Fue con esa idea que este primer torneo fue denominado Anaajëntump, que significa casa del trueno. El nombre hace referencia a una cueva ubicada en una montaña sagrada para los mixes, a la cual acuden para pedir por el bienestar de su gente.
“Anaajëntump es un lugar en el que nosotros, como mixes, seguimos haciendo nuestros rituales para pedir a la madre naturaleza por el bien de la familia, del pueblo; por ejemplo, como comité organizativo fuimos a pedir por el bienestar de los equipos participantes y para que no hubiera contratiempos durante el torneo”, cuenta Arturo Vázquez.