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El sonido de la cortadora de madera invita a entrar al taller que alberga una casa tradicional de este municipio ubicado a 21 kilómetros de la capital.

El artesano apunta que fue su trabajo, en el que incluye incrustaciones de distintas maderas, el que le otorgó la oportunidad de elaborar el encargo que finalmente sería para López Obrador. Para realizarlo se eligió un diseño en grecas, inspirado en las de la Ciudad de los Muertos, la zona arqueológica de Mitla.
También se usó una punta metálica con la impresión del escudo nacional, misma que le dio un toque especial. Fue en una visita a Mitla cuando el bastón elaborado por Alfonso para el munícipe llamó la atención del gobernador Alejandro Murat, quien pidió al edil que lo cediera para el Presidente.
“No fue un bastón elaborado especialmente para el Presidente. Yo lo vi después de la visita en la televisión, porque se me hizo parecido. Después, uno de los integrantes del cabildo me confirmó que era el mismo”, recuerda.

“Yo soy originario de aquí, fui autoridad también y sé que entregar el bastón de mando es algo sublime, que va ligado con la espiritualidad, el poder y las costumbres”, resalta Alfonso.
Esa fue la primera y única vez que en su taller se ha elaborado un objeto similar, Alfonso asegura que nunca se imaginó que el bastón que elaboró meses antes iba a llegar a manos presidenciales.

Relata que fue un proceso metódico y exhaustivo: “Se requiere mucho tiempo para elegir la madera. Antes del bastón final eché a perder dos”, confiesa.
“Se requiere un ángulo de 1.5 grados para que tenga perfección. Es una medida universal, es la medida de las brocas para adherirse al cono”, señala. Los cálculos fueron realizados por Alfonso a través de las la geometría y la trigonometría, a fin de lograr el agarre y el peso exacto que hagan que el bastón sea anatómicamente perfecto.

Alfonso trabajó tres días completos, en jornadas de más de 12 horas en ese bastón: “Aparentemente, era un algo sencillo, pero gran parte del trabajo fue invertido en los casquillos metálicos que se colocaron en los extremos, pues deben coincidir perfectamente en ángulo tanto la madera como el metal”.
Para la elaboración de las piezas en el taller, Alfonso acondicionó las máquinas, creando híbridos en los que se introducen los valores y que permiten que los cálculos matemáticos se traduzcan en formas exactas de madera.
En el lugar se elaboran principalmente coberturas para botellas de mezcal en madera, pero Alfonso asegura que su labor se relaciona más con el uso del torno que con la carpintería. Entre sus trabajos también destaca la cúpula del templo católico de la comunidad. Aunque dice que el bastón del Presidente le trajo fama, dice que no se tradujo en ningún beneficio.